Título: Sol poniente
Autor: Antonio Fontana
Editorial: Fundación José Manuel Lara
Género: Memorias
Tapa: Dura
Páginas: 195
Año publicación: 2017
Precio: 16,90 | Kindle: 9,49
Aunque hayan pasado miles de años, sigue siendo el olor de las higueras de las tardes de mi infancia lo que me desvela en las negras madrugadas, como si durante un sueño, hubieran echado raíces al otro lado de la puerta...
¡Jello!
Hoy os traigo un libro ameno y lleno de recuerdos que bien podrían ser los nuestros, de nuestras familias y nuestra infancia. Me ha gustado por todo lo que plantea y cómo lo plantea. A continuación mi opinión.
El narrador de Sol poniente pasa revista a distintos momentos de la historia de su familia, episodios íntimos que configuraron su manera de estar en el mundo: las tardes con su abuela, una mujer de poderoso y singular carácter; el trato con las amigas de esta, la extraña huida de padre, los juegos en la calle con los compañeros del barrio, el despertar sexual. Y como eje que atraviesa todos esos recuerdos, el nacimiento de su hermano Curro, el desvelamiento de la enfermedad del bebé y el modo en que la desgracia afectó a sus parientes.
Como ya he dicho al principio, es un libro que se presta a leer. Es corto y muy ameno, con un lenguaje fácil de entender, aunque lleno de palabras típicas de la zona de Málaga en la que está situada la historia, pero el autor las explica brevemente, cosa que se agradece para así poder entender su significado.
Es un libro de memorias donde el autor muestra y cuenta sus recuerdos de infancia con su familia, su abuela tan peculiar y su convivencia con sus padres. Es un retrato familiar de una familia de aquellos tiempos donde todo se hacía juntos, tanto lo bueno como lo malo. También hay que decir que el protagonista tiene una familia peculiar. Primero por su abuela que, yo creo que, como toda abuela, tiene sus manías, su forma de ver la vida y su forma de estar en el mundo y a todos nos ha llamado la atención o nos ha parecido curiosa esa forma de ser. Pues en este caso pasa lo mismo, la abuela es el personaje principal en el que giran la mayoría de los recuerdos del protagonista y no me extraña, porque los comentarios que tiene para ciertos momentos y su día a día son para no olvidarlos. No hablaré mucho de ellos para no desvelar gran parte de la historia, pero con la abuela me he echado unas risas y otras he tenido que llevarme las manos a la cabeza de las cosas que decía ante ciertos temas, pero es lógico teniendo en cuenta que se crió en otra época, en otro momento donde las cosas de hoy día eran impensables.
Por otro lado está el hermano pequeño del protagonista, Curro, que tuvo un problema al nacer y también será un personaje peculiar que dará mucha vida a la historia junto a la abuela, porque cuando ambos personajes se juntan crean una explosión de situaciones y sentimientos indescriptibles. Tienen buena mezcla y conexión. Por otro lado están los padres del protagonista que darán mucho que hablar. Es una relación rara que no he llegado a entender muy bien del todo por cosas que han ido sucediendo a lo largo del libro que me han dejado un poco fría. Sin embargo, están juntos y eso hace que su relación peculiar sea otro ingrediente más para el cóctel de emociones que es este libro.
Es cierto que no lleva una continuidad lineal, cosa que me resulta un poco chocante porque cada capítulo habla de cosas diferentes sin ser correlativos. No es algo malo pero sí lioso porque no sabes qué pasará en el siguiente o si te quedas con ganas de saber más sobre algo que ya ha pasado, puede que no vuelva a salir el tema. Esto ha hecho que tenga que ralentizar la lectura para disfrutar cada capítulo porque sabía que iba a ser la primera y última vez que lo leyera. Sí es cierto que en los últimos capítulos, algunos sí tenían que ver con otros que había leído al principio pero de los cuáles, apenas me acordaba ya. Por suerte, la idea principal o el lazo de unión entre un capítulo u otro, el autor suele repetirlo, imagino que teniendo en cuenta que se ha podido pasar por alto ciertos temas que son relevantes en capítulos posteriores.
Tengo que advertir que hay muchos pasajes oscuros. Es algo normal, ya que el autor está contando su infancia y su relación familiar. Realmente, prácticamente toda la historia está llena de situaciones nada agradables, pero vistas desde un punto de vista de un niño de nueve, diez años, por lo que hechos algo escabrosos, no son tan duros al contarlos desde sus recuerdos de la infancia. Pero sí es cierto que hay que tener en cuenta este hecho para que no sorprenda porque realmente el autor lo que está haciendo es mostrar la vida en sí misma, sin pelos en la lengua, pero desde la inocencia de un niño.
No me extenderé más en esta reseña. Solo añadir que es un bonito cuadro sobre una familia cualquiera, con sus más, con sus menos, con sus problemas y con sus convivencias y que al leer esta historia es como si te estuvieras colando entre los barrotes de la casa para observar más de cerca su día a día. Me ha gustado esa imagen familiar y cómo la ha tratado.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
Siempre caprichosa, la memoria. Adornando, añadiendo, inventando. Quitando y poniendo a su antojo. Un detalle aquí, una pincelada allí.
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