Título: El hombre de tiza
Autora: C. J. Tudor
Editorial: DeBols!llo
Género: Suspense
Formato: Físico
Tapa: Blanda
Páginas: 348
Año publicación: 2019
La cabeza de la chica descansaba sobre un montón de hojas de color naranja y marrón. Sus ojos almendrados contemplaban con fijeza las copas de los sicomoros, hayas y robles, pero no veían los vacilantes rayos del sol que se colaban entre las ramas y salpicaban de oro el suelo del bosque. No parpadeaban cuando los brillantes escarabajos negros correteaban sobre sus pupilas. Ya nunca verían nada, salvo la oscuridad.
Hoy os traigo otro libro de suspense. Como veis me encanta este género y, en cuanto puedo, ya me estoy leyendo uno. Seguramente éste lo conozcáis, ha dado mucho de qué hablar y no si motivo. Es diferente y con un toque tenebroso bastante importante, pero, tengo que admitir, que a mí no me terminado de engatusar tanto como esperaba. Tenía altas expectativas por las críticas que había leído de él y lo mucho que le había gustado a varias cuentas de bookstagramers que sigo, pero para mí no ha sido para tanto.
SINOPSIS
Hay juegos que solo tienen un final posible.
Todo comenzó el día del terrible accidente, durante la feria, cuando Eddie, de doce años, conoció al Hombre de Tiza. Fue el Hombre de Tiza quien le dio la idea de los dibujos, una manera de intercambiar mensajes secretos entre su grupo de amigos. Fue divertido hasta que los dibujos condujeron al cuerpo sin vida de una niña.
Sucedió hace treinta años y Ed creía que todo había quedado olvidado. Sin embargo, un día recibe una carta que contiene solo dos cosas: una tiza y el dibujo de un muñeco. La historia se repite y Ed se da cuenta de que el juego, en realidad, nunca terminó...
Todos tenemos secretos.
Todos somos culpables de algo.
Y los niños no son siempre tan inocentes como parecen.
RESEÑA
No voy a negar que me ha sorprendido en mucho aspectos. No es un libro típico de suspense y misterio. Te va envolviendo en un halo tenebroso desde la primera página y no te suelta hasta el final. Eso me ha gustado. La autora ha sabido mantener el suspense hasta el final, pero entre medias creo que se ha venido arriba dando mucha, muchísima información que, al final, para mí, no ha servido de mucho. Solo eran datos de más sobre el protagonista y ya está. No ayudan a la resolución del caso.
Sí es verdad que nada es lo que parece y que, alrededor de la trama hay muchos misterios que se van resolviendo de la manera menos esperada que hay. Me ha gustado este tema. Hay varias tramas secundarias que son igual de intrigantes que la principal y se van desarrollando de manera paralela con ella, hasta solucionarse y algunas de manera muy sorprendente.
Hay muchos personajes secundarios con cierta relevancia en la trama. Es más, para mí tienen más importancia estos que el principal. Realmente, Eddie no es nada importante, por así decirlo. Cuenta su historia, de cómo era su infancia, las cosas que pasaron en su pueblo cuando era niño, sus amistades y todo lo que envuelve la trama principal. Pero, realmente, él no tiene nada que ver, es solo un mero conductor de los hechos. Sí es verdad que esto cambia un poco al final de la trama, pero todo lo que ha ocurrido antes ha sido eso, un mero espectador. No es un protagonista que me haya transmitido cierta empatía. Es desgarbado, raro y con un TOC bastante importante. Un TOC que parece que va a tener mucha importancia en la trama pero que se queda en nada. Es más, al final del libro, este tema se queda como abierto sin dar más información, pero dando a entender que hay algo más allá de lo que hemos visto durante sus páginas. El resto de personajes son igual de extraños que él, con secretos y un pasado que ocultar que se va viendo a medida que la trama avanza. Creo que esta es la parte más interesante que tiene el libro.
Como he dicho al principio, la historia de Eddie es, en cierto modo, necesaria para conocer a todos los personajes que van apareciendo a lo largo de la historia, pero creo que se podría haber contado de manera menos extensa. Al intercalarse el pasado con el presente, había veces que me desubicaba y perdía el hilo de la trama principal porque contaba cosas que no tenían relevancia ninguna. No está mal para conocer a los personajes, pero a mí me han sobrado muchas partes. Se me ha hecho muy lento en algunos momentos, sacándome por completo de la historia.
La pluma de la autora me ha gustado, a pesar de que algunos capítulos me han resultado demasiado largos y sin ningún aporte a la trama. Pero no voy a negar que su manera de describir los paisajes, las situaciones y, sobre todo, las escenas más escabrosas, tiene un talento especial. Que haya escrito momentos irrelevantes, no hace que su pluma sea peor, al contrario, para mí significa que tiene mucho que decir y de una manera especial. Pero creo que para este tipo de libros, información de más y sin importancia solo hace que la trama se ralentice.
La verdad es que el final ha sido bastante sorprendente. Algo me olía pero para nada era lo que esperaba. Y, además, me ha resultado lo más justo posible porque... no diré mucho más para no desvelar la trama, pero es de esos finales que te dejan un largo suspiro de alivio al leerlos. Pero, sí es cierto, que al terminar el libro hay algunas cuestiones que se han quedado sin resolver o que, por lo menos, yo no he visto que se hayan resuelto. Quizá me haya saltado un dato importante sin darme cuenta. La trama principal termina de manera satisfactoria pero la referente al protagonista creo que deja algunos cabos sueltos y no precisamente irrelevantes.
Si os gustan los libros de suspense, diferentes y con un toque que los hace especial, no os podéis perder este libro.
¡Nos vemos en la próxima reseña!
Hay cosas en la vida que podemos alterar -nuestro peso, nuestro aspecto, incluso nuestro nombre-, pero hay otras que nos resulta imposible modificar, por más que lo deseemos, intentemos o nos empeñemos en ello. Esas son las cosas que nos definen. No las que somos capaces de cambiar, sino las otras.
PUNTUACIÓN:
No hay comentarios:
Publicar un comentario